En primer lugar, el adolescente debe analizarse a sí mismo y
descubrir cuál es su actitud personal ante el sexo, así como si es
responsable para asumir las consecuencias de mantener relaciones
sexuales con otra persona. Debe ser lo suficientemente maduro o madura
como para adquirir una protección adecuada para prevenir un embarazo y
enfermedades de transmisión sexual. Pero también hay que ser maduro para
hacer frente a unas respuestas emocionales y complejas, muy importantes
para definir el futuro comportamiento. Se inician los desengaños
amorosos, el enamoramiento, la necesidad del otro.
Después llega el análisis del otro, es decir, de la persona con la
que se va a tener relaciones. Hay que estar seguro de que ofrece
confianza y respeto. Debe ser una persona adecuada con la que compartir
la intimidad, y a la que se llega desde la plena libertad, no con el
propósito de satisfacer los deseos del otro sin conocer los propios.
Para terminar, merece la pena reflexionar sobre la familia, el
entorno y el grupo. Las relaciones sexuales pertenecen a la intimidad de
las personas, y por ello no hay obligación de compartir con los demás
detalles sobre ellas, salvo si se quiere hacer o se necesita hacerlo;
mucho menos seguir los dictámenes de los otros sobre el ejercicio de la
sexualidad. Los amigos lo son en la medida en que respetan al prójimo y
no le llevan a hacer cosas que no quiere o no está seguro de querer. A
los padres y madres, por lo general, les costará entender a sus hijos
como seres sexuales. Esto resulta comprensible pero no debe empujarles a
coartar la libertad de sus hijos.
Las enfermedades de transmisión sexual son infecciones causadas por bacterias o virus.
También se les conoce como infecciones de transmisión sexual. Estas
enfermedades se propagan por medio del sexo oral, genital o anal.
Algunos ejemplos de éstas enfermedades incluyen la clamidia, la sífilis y
la gonorrea. El VIH y la hepatitis viral son los tipos más comunes de
infecciones de transmisión sexual.
Los principales riesgos de contagio son:
+ Sexo sin protección: El contacto sexual que sucede sin el uso de condones aumenta el riesgo de enfermedades de transmisión sexual.
+ Cuerpos que aún no han madurado: El sistema inmune en los
niños no ha alcanzado la madurez adulta, lo cual conlleva a un riesgo
elevado de contraer enfermedades de transmisión sexual. El cuello del
útero de las niñas tampoco ha alcanzado su madurez y es por lo tanto aún
más susceptible a enfermedades de transmisión sexual
+ Género: Las niñas tienen un riesgo más alto de enfermedades
de transmisión sexual como clamidia, VIH, y herpes, sobre todo si se
practican duchas vaginales con frecuencia. Además de correr un riesgo
más alto si tienen relaciones sexuales durante la menstruación.
+ Comportamientos peligrosos: Su hijo podría ser influenciado
por sus amigos, compañeros de clase, comunidad y los medios de
comunicación. Es probable que no llegue a comprender por completo cuáles
son los peligros de ciertos comportamientos peligrosos. Los
comportamientos peligrosos incluyen el uso del alcohol y las drogas y
también incluyen tener múltiples compañeros sexuales
+ Lesiones abiertas o cortadas: Esto incluye tatuajes o perforaciones para aretes.
Principales medidas de prevención:
+ Evitar parejas infectadas: Su hijo no debe tener relaciones
sexuales con alguien que tenga una enfermedad de transmisión sexual.
Esto incluye sexo anal u oral.
+ Condones: Asegúrese de que su hijo use un condón de látex
cada vez que tenga relaciones sexuales y aconséjele que use un condón
nuevo cada vez.
+ Limite las parejas sexuales: Hable con su hijo sobre sus parejas sexuales. Aconséjele que tenga relaciones sexuales con solamente una persona.
+ No tener sexo durante el tratamiento: Su hijo no debe tener relaciones sexuales mientras él o
su pareja sexual está recibiendo tratamiento para una enfermedad de
transmisión sexual. La pareja no tratada puede ser infectada o volverse a
infectar si esto sucede.
+ Pruebas de tamizaje: Si su hijo es sexualmente activo,
asegúrese de llevarlo a realizarse pruebas para enfermedades de
transmisión sexual con regularidad. Estas incluyen pruebas para
clamidia, gonorrea, VIH y sífilis. Las mujeres necesitan realizarse
también una prueba de papanicolau.
+ Vacunas: Las vacunas podrían ayudar a prevenir el riesgo que
podría correr su hijo de adquirir ciertas enfermedades de transmisión
sexual. Pídale al médico de su hijo más información sobre vacunas para
enfermedades de transmisión sexual.
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